Movimiento es vida – ya lo sabemos. Pero muchos entienden que hablamos de la calidad de vida, cuando de hecho hablamos de su duración.
La persona occidental típica pasa entre un 50 y un 70 % del día sentada. Trabajando en la oficina, comiendo en la mesa, conduciendo, viendo la televisión o tomando café o una copa con un amigo. En los medios de transporte públicos se observa una mayoría de gente absorta en sus móviles – con las cabezas inclinadas hacia abajo. Esta tendencia se nota ya con los adolescentes. Pero: Lo que empieza como pasatiempo inocente en efecto puede acarrear graves consecuencias.
En inglés existe un nombre para el fenómeno: el „Hunched Over Laptop Syndrome“, corto: HOLS (literalmente: síndrome de persona inclinada sobre el laptop). Entre los síntomas de corto plazo se encuentran: frecuentes dolores de cabeza, hormigueo, visión borrosa, náusea y debilidad muscular. Si la situación permanece, pueden resultar osteoartritis y otros procesos degenerativos en las articulaciones – condiciones que sin ninguna duda conducen a una reducción de calidad de vida. Pero dejemos a un lado los móviles y volvamos a la silla y el sofá. Qué comodidad el no tener que moverse durante una buena parte del día, ¿verdad? La dura verdad es que cuando pasamos nuestra vida sentados por alguna razón la misma vida nos va quitando años.
En 2008 se publicó una investigación diciendo que cada hora de televisión reduce la esperanza de vida en 21 minutos, en comparación, fumar un cigarrillo la reduce en 11 minutos. Expertos se muestran preocupados ante esta evolución y llegan a calificar la vida sedentaria casi como más peligroso que fumar.
Médicos advierten de que permanecer dos horas sentado sin interrupción aumenta el riesgo de padecer una enfermedad coronaria, la diabetes, problemas de espalda, de cuello y otros problemas ortopédicos. La posición sentada típicamente con los hombros caídos hacia delante favorece la depresión y dificultades psicológicas ya que desemboca en una respiración superficial y al cansancio de la mente y la apatía.
Algo que sorprenderá a los que practican algún deporte o el yoga regularmente: Las investigaciones más recientes muestran que permanecer sentado durante horas no se puede tratar con unas horas de deporte o yoga a la semana. Sí es cierto que todo tipo de movimiento ayuda a limitar las consecuencias desastrosas del „sedentarismo“ sobre la salud, pero el cuerpo muestra la misma respuesta cuando luego se queda sentado durante horas: la disfunción. Y eso tiene su lógica: nuestro cuerpo es un sistema que busca funcionar con el mínimo gasto de energía posible guardando sus recursos para el momento en que se le exijan. Sentados en un sofá simplemente no es el momento para optimizar las funciones vitales, como por ejemplo la circulación sanguínea, el proceso digestivo, la renovación celular, la regulación de la glucemia o la quema de grasas. El cuerpo entiende que ahora toca descansar, desacelerar y bajar sus funciones vitales a un nivel mínimo – al menos cuando esta posición dura demasiado tiempo.
La solución: cambia de posición al menos dos veces por hora, levántate, estira, baila (¿y por qué no?), juega con tus niños o nietos que están locos por ver que al menos lo intentas, deja de sentir esa vergüenza por enseñar al mundo que vives. La misma vida te lo pagará con años.
P.S. Mientras escribía este artículo interrumpí una vez para hacer unos ejercicios de Fascia Flow® Yoga en la silla, una segunda vez para prepararme un café y hacer unos ejercicios de pie mientras esperaba, y una tercera vez para desperezarme y realizar movimientos espontáneos. Las cosas son sencillas. Si este artículo te ha inspirado a moverte más, me encantaría que me contases.😊